La primavera ya no es lo que era en Almería, ¿por qué hace tanto calor?
Almería ya no enfría: el invierno sube 1,5 ºC y la primavera casi 1 en solo dos años
Almería sufre una noche tórrida: hasta 31 grados de madrugada

Las temperaturas en Almería han subido más de un grado en solo dos años. En 2023, la media entre enero y mayo fue de 15,9 ºC. En lo que va de 2025, esa cifra ha alcanzado los 17,1 ºC. El aumento es progresivo, sostenido y afecta especialmente a la primavera, que ha ganado casi un grado entero respecto al año pasado. También el invierno ha cambiado: ahora los días fríos son menos frecuentes y las noches suaves más comunes.
A menos de una semana para que comience oficialmente el verano, Almería ya encadena varios días con temperaturas propias de julio, consolidando un adelanto estacional cada vez más acusado. En los últimos diez días, la temperatura media ha superado los 25 ºC en siete jornadas y las máximas han llegado hasta los 34,1 ºC, cifras que hace apenas una década se reservaban para los picos del verano. Esta persistencia del calor antes del 21 de junio no solo confirma la aceleración del cambio climático, sino que también plantea riesgos para la salud, la agricultura y el consumo energético en una provincia cada vez más habituada a los extremos térmicos.
El cambio climático ya no es una amenaza futura, sino una evidencia palpable en los termómetros almerienses. En los últimos años, y con especial intensidad desde 2023, las temperaturas han seguido una senda ascendente.
De enero a mayo de este año, la temperatura media en la provincia ha sido de 17,10 grados centígrados, frente a los 16,83 ºC de 2024, los 15,90 ºC de 2023 y los 16,13 ºC de 2020. En 2015, hace justo una década, la media fue de 15,38 ºC. El salto es evidente: casi 2 grados más que entonces.
Por estaciones, el comportamiento es igual de claro. El invierno de 2025 (considerando enero y febrero) registró una temperatura media de 14,51 ºC, cuando en 2023 apenas superaba los 12,8 ºC y en 2015 estaba en 12,99 ºC. En apenas dos años, el invierno se ha templado más de un grado y medio.
Los datos comparados con los de hace una década
La primavera (marzo, abril y mayo) muestra una tendencia aún más clara. En 2025, la media en estos tres meses ha sido de 18,76 ºC, frente a los 18,2 ºC de 2024, los 17,87 ºC de 2023 y los 17,53 ºC de 2015. Si bien en 2020 ya se llegó a 18,06 ºC, ese año fue más suave en invierno, por lo que la media global fue inferior.
Por meses, la subida también se percibe con nitidez. Enero de 2015 tuvo una media de 12,6 ºC, mientras que en 2025 ha sido de 14,5 ºC. Mayo de 2015 cerró con 21,3 ºC, pero en mayo de 2025 se ha llegado a 23,4 ºC de media. La sensación térmica general es de más calor sostenido desde muy temprano en el año.
¿Qué está pasando? La respuesta más sólida la aporta la ciencia: el cambio climático global está alterando los patrones térmicos locales. Almería, como otras zonas semiáridas del sur peninsular, sufre de forma más acelerada los efectos del calentamiento global. A menor vegetación, menor capacidad de amortiguación térmica; a menor humedad, menor disipación del calor acumulado.
Por qué sube tanto la temperatura: las claves del calentamiento en Almería
El aumento de más de tres grados entre enero y mayo en Almería desde 2015 no es una casualidad. La causa principal es el cambio climático global, impulsado por las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, en la provincia almeriense este calentamiento se acentúa por su posición geográfica, la escasez estructural de lluvias, la elevada radiación solar y, sobre todo, por la presencia de zonas semiáridas y desérticas como el entorno de Tabernas. Estos factores provocan una menor humedad en el suelo y en el aire, facilitando el aumento de las temperaturas medias.
Además, los inviernos en Almería son cada vez más dominados por situaciones atmosféricas estables, con menos frentes fríos y más días soleados. Esto no solo retrasa la llegada del frío, sino que alarga el calor hacia los meses tradicionalmente más suaves. En conjunto, el calentamiento no responde a picos extremos, sino a una tendencia gradual, constante y estructural, impulsada tanto por lo global como por lo local.
¿Y si el cambio ya es irreversible?
Aunque el foco de las políticas climáticas suele estar puesto en las olas de calor veraniegas o los fenómenos extremos, estos datos revelan algo aún más sutil pero igual de importante: el clima habitual también está cambiando. Ya no hacen falta récords para confirmar el calentamiento. Basta mirar la media.
Este fenómeno tiene implicaciones que van más allá del confort térmico. La agricultura, los ecosistemas, el turismo y la salud pública son sectores que dependen de la estabilidad estacional. Si los inviernos se acortan y las primaveras se recalientan, todo el equilibrio se altera.
Almería, en el mapa del calentamiento
Aunque el análisis se centra en Almería, el fenómeno no es exclusivo. Otras zonas del sudeste peninsular presentan tendencias similares. Sin embargo, la baja altitud y la proximidad al mar hacen que la provincia almeriense registre esos aumentos de forma especialmente marcada.
Los gráficos extraídos del portal de la Junta de Andalucía lo confirman: cada mes, cada año, cada década, la curva sube un poco más. Ya no se trata de esperar el verano, sino de asumir que parte de él ha invadido definitivamente el invierno y la primavera.
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